La figura que nos dejó trágicamente hace ya 80 años es, sin duda, un clásico del marxismo y una personalidad clave de la política y la cultura de la primera mitad del siglo XX.

La figura que nos dejó trágicamente hace ya 80 años es, sin duda, un clásico del marxismo y una personalidad clave de la política y la cultura de la primera mitad del siglo XX.
La estruendosa caída de Trump y los nuevos vientos políticos en el continente generan una mejor correlación de fuerzas para avanzar con una agenda popular.
Al fascismo se lo combate. Y a la extrema derecha también.
Trump podrá perder las elecciones. Pero el trumpismo es el resultado del desarrollo normal de la política estadounidense. Se trata, de hecho, de la conclusión lógica de una trayectoria de muchas décadas.
Biden y los demócratas casi pierden las elecciones. Para entender por qué, debemos mirar más allá del relato dominante según el cual Estados Unidos es un país racista y su única esperanza de salvación es el extremo centro. Debemos echarle la culpa al partido demócrata.
Discusiones marxistas sobre la dimensión económica del imperialismo no presentaron el mismo tono polémico que las divergencias frente a la guerra.
Donald Trump y el Partido Republicano intentan detener el escrutinio inundando los juzgados con demandas y sembrando dudas acerca del voto por correo. La sociedad estadounidense no puede permitir que se roben estas elecciones.
La pandemia del COVID-19 ha dejado en evidencia los efectos de años y años de neoliberalización de la salud. El virus podrá tener causas biológicas, pero las respuestas para superarlo residen en la posibilidad de impulsar transformaciones sociales estructurales.
Jacobin es una voz destacada de la izquierda que ofrece un punto de vista socialista sobre política, economía y cultura.