Inspirada por el optimismo ante el futuro de una nueva Alemania, la RDA creó su propia ciencia ficción: la «película utópica». Pero con su fosilización política, la vocación de futuro de este género también se agotó.
Notas publicadas en Cine y TV
Los ejecutivos de la industria cinematográfica tienen miedo de las películas que abordan temas políticos porque aburren al público. Es una época sombría para el cine político.
Almodóvar estrenó La habitación de al lado, film en el que reflexiona sobre el derecho a disponer de la propia vida y propone una valoración de los roles femeninos de cuidado.
Es necesario volver a problematizar el vínculo entre cine y política, pero superando los análisis tradicionales del cine de denuncia, militante o de propaganda. Un camino pasa por discutir el estatuto de la noción de «pueblo».
En la época dorada del Nuevo Hollywood, los creadores recibían enormes sumas para asumir grandes riesgos, y salían ganando. Pero la industria ha sido cooptada por fondos especulativos especializados en la gestión de riesgos. ¿El resultado? Un cine aburrido y previsible.
Los partidarios de Trump nunca irán a ver El aprendiz, y los anti-Trump no podrán soportar dos horas viendo cómo la pesadilla de su existencia asciende a la riqueza y el poder. Esta falta de un público claro augura un desafortunado fracaso de taquilla.
Joker: Folie à Deux, la secuela del gran éxito de 2019 Joker, es una película vaga e incoherente que ni siquiera la dedicación y el carisma de Lady Gaga y Joaquin Phoenix pueden redimir. ¡Pero con números musicales!
El cine llevó a la pantalla grande a incontables versiones de Jesús, en su mayoría anodinos, piadosos y de ojos azules… hasta que un comunista italiano decidió predicar el antiguo evangelio de una nueva forma.
Studio Ghibli no es el Disney japonés, sino el anti-Disney. Ideado por animadores con raíces en el movimiento comunista japonés, sus películas celebran el trabajo creativo y la solidaridad humana contra el capitalismo y la guerra.
Antes del estreno de su nueva película, No esperes demasiado del fin del mundo, el director de cine rumano Radu Jude habló con Jacobin sobre arte político, por qué TikTok es cine y el problema de hacer películas dirigidas a todo el mundo.