En los años 40, sindicalistas soviéticos y estadounidenses organizaron intercambios entre sus países para promover la buena voluntad y evitar una rivalidad peligrosa. Esta iniciativa olvidada nos recuerda cómo podría haberse evitado la Guerra Fría.
En los años 40, sindicalistas soviéticos y estadounidenses organizaron intercambios entre sus países para promover la buena voluntad y evitar una rivalidad peligrosa. Esta iniciativa olvidada nos recuerda cómo podría haberse evitado la Guerra Fría.