La lógica empresarial de las grandes empresas farmacéuticas amenaza lo que debería ser un principio básico: que el acceso a la vacuna debe ser universal, no solo en los países ricos sino en todo el Sur global.
La lógica empresarial de las grandes empresas farmacéuticas amenaza lo que debería ser un principio básico: que el acceso a la vacuna debe ser universal, no solo en los países ricos sino en todo el Sur global.