La nueva izquierda en Europa y Estados Unidos no logró trascender su condición de síntoma de la crisis democrática para convertirse en una respuesta efectiva a ella.

La nueva izquierda en Europa y Estados Unidos no logró trascender su condición de síntoma de la crisis democrática para convertirse en una respuesta efectiva a ella.
Los principales pensadores del marxismo subrayaron la importancia de gobernar en colaboración con el campesinado. Cuando los Estados del «campo socialista» impusieron la colectivización forzosa, los resultados fueron desastrosos.
El Partido Laborista británico obtuvo una amplia mayoría, pero el bandazo a la derecha de Keir Starmer creó un espacio para que ganen apoyo los Verdes y los independientes de izquierda como Jeremy Corbyn.
El libro clásico de C. L. R. James sobre críquet utilizaba al como ventana a la historia de las Indias Occidentales cuando, desafiando al racismo, su pueblo se liberó del dominio colonial británico.
Joe Biden ha preferido redoblar su apoyo a la guerra criminal contra la población civil de Gaza.
Tras alentar a Netanyahu en el camino hacia el desastre, las potencias occidentales apoyan ahora su ataque contra Gaza en nombre del «derecho de Israel a defenderse».
Aquellos que lo critican, sostienen que el marxismo no puede explicar el atractivo popular del nacionalismo. Pero la tradición marxista contiene varias ideas clave sobre los orígenes y el futuro de las comunidades nacionales.
Cinco años después de sus avances electorales, los proyectos liderados por Corbyn y Mélenchon han tomado direcciones opuestas. La izquierda británica estaría hoy en una posición más fuerte si hubiera mostrado algo de la garra confrontativa de su par francesa.
La CIA afirma que cualquier historia que la relacionara con la explosión de la cocaína en los años 80 es una calumnia conspiratoria. Pero las pruebas de su complicidad están todas en los expedientes del Congreso.