La teoría económica ha tendido a separar la política de la economía. Esto condujo a que ciertos sectores de la izquierda consideren al Estado capitalista como un ente «exterior», capaz de regular a su antojo al capital.
Artículos publicados por: Adrián Piva
Sociólogo, profesor de la Universidad de Buenos Aires y autor de Economía y política en la Argentina kirchnerista (Batalla de Ideas, 2015).
La teoría económica, incluso el marxismo, ha tendido a separar la política de la economía como si fueran fenómenos independientes uno del otro. Esto condujo a que ciertos sectores de la izquierda consideren al Estado capitalista como un ente «exterior», capaz de impedir que los efectos de las crisis se descarguen sobre la clase trabajadora. Pero cuando la sociedad capitalista entra en crisis, entra en crisis el conjunto de las relaciones sociales, incluyendo el Estado. No se trata de determinismo económico sino de relaciones de fuerza entre clases.
La crisis del neoliberalismo generó una crisis de la dominación imperial. En ese marco se desarrolla la invasión rusa a Ucrania.
La crisis del neoliberalismo generó una crisis de la dominación imperial. En ese marco, la invasión rusa a Ucrania es un eslabón en una cadena de acontecimientos históricos que, por primera vez en décadas, torna realista un escenario de nueva guerra mundial.

La rebelión del 19 y 20 de diciembre de 2001 marcó la vida de todos y desde entonces, cada diciembre, un fantasma recorre Argentina. ¿Qué queda de 2001?
La existencia de la clase obrera no es solo un debate académico: es un problema estratégico en el que se juega el futuro de las luchas sociales.
En la medida que la crisis persiste, el deterioro social se profundiza y las potencias defensivas de los sectores populares se debilitan.
Bajo el rótulo «gobiernos progresistas» se suele agrupar a un conjunto heterogéneo de experiencias políticas latinoamericanas. Sin embargo, hay que decir que en algunos casos la satisfacción de demandas sociales por parte del Estado no estuvo vinculada a un empoderamiento de las clases populares, sino a una estrategia de desactivación de las movilizaciones previas contra el neoliberalismo.
La pandemia impactó sobre una economía que ya se encontraba inmersa en una larga fase de estancamiento. En este contexto parecen presentarse solo dos opciones: el desarrollo del programa del gran capital o un agravamiento de la crisis. Es necesaria otra alternativa.
Los debates acerca de la crisis del neoliberalismo son moneda corriente desde principios del nuevo siglo. Sin embargo, por fuera de Europa, ese modo específico de dominación forma más parte del pasado que del presente.