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Un hombre protesta frente a la sede de una compañía eléctrica tras un apagón en San Juan, Puerto Rico, el 8 de abril de 2022. (Ricardo Arduengo / AFP vía Getty Images)

El redescubrimiento de la historia radical de Puerto Rico

Traducción: Natalia López

El nuevo álbum de Bad Bunny difunde la historia de la lucha popular en Puerto Rico. Ello fue posible en buena medida gracias a la colaboración del historiador Jorell Meléndez-Badillo, cuyo trabajo refleja el momento profundamente político que atraviesa el país.

El artículo que sigue es una reseña de Puerto Rico: historia de una nación, de Jorell Meléndez-Badillo (Princeton University Press, 2024).

Los últimos meses han sido históricos para los puertorriqueños, tanto dentro de Puerto Rico como en la diáspora. A finales de octubre, la colonia estadounidense, a menudo olvidada, salió a la luz en la carrera por la Casa Blanca cuando el comediante Tony Hinchcliffe se refirió a Puerto Rico como una «isla de basura flotante».

El intento de broma tuvo lugar durante un mitin de Donald Trump en la ciudad de Nueva York, en la que los puertorriqueños constituyen una gran parte de la población. El comentario socavó los esfuerzos de Trump por ampliar su coalición obteniendo el apoyo de puertorriqueños famosos como los reggaetoneros Anuel AA y Nicky Jam, al tiempo que permitió que la campaña de Kamala Harris hiciera promesas vacías sobre un tema que claramente solo le importó después del escándalo.

Una semana después, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) rompió los límites del sistema bipartidista de la isla afianzado durante medio siglo cuando su carismático candidato a gobernador, Juan Dalmau, quedó en segundo lugar con más del 30% de los votos. Luego, el día de reyes de 2025, el músico puertorriqueño Bad Bunny lanzó su último y más politizado álbum, Debí tirar más fotos, que rápidamente ascendió en los rankings desde Argentina hasta Austria.

Cada uno de estos acontecimientos está relacionado con la forma en que la relación colonial con Estados Unidos ha moldeado el pasado y el presente de la nación puertorriqueña. Y es precisamente esa relación la que constituye el hilo conductor de Puerto Rico: historia de una nación, del historiador Jorell Meléndez-Badillo.

Una historia revolucionaria

Recientemente, Meléndez-Badillo ha recibido elogios y reconocimiento por su colaboración con Bad Bunny para su nuevo álbum, proporcionando representaciones visuales de acontecimientos significativos de la historia de Puerto Rico para cada canción. Su propio trabajo ha demostrado ser tan revolucionario para la historia latinoamericana como el último álbum de Bad Bunny lo fue para el reguetón.

En lo que parece una hazaña casi imposible, Puerto Rico: historia de una nación ofrece una visión general de la historia puertorriqueña desde la civilización taína hasta el presente en un lenguaje fácil de entender. Es un libro que puede llegar al lector ocasional y, al mismo tiempo, ofrecer una obra de investigación histórica que cumple con los estándares académicos más rigurosos.

Puerto rico: historia de una nación, de Jorell Meléndez-Badillo (2024).]

Puerto Rico narra eficazmente la historia del país de una manera que enfatiza las voces de los sectores más marginados de la sociedad. Sin embargo, lo que realmente separa la historia de Meléndez-Badillo de las narrativas hegemónicas es su uso creativo de las historias individuales para demostrar al lector las tendencias más amplias en el período histórico que se está abordando. Las historias personales permiten la formación de personajes, y el lector a veces siente como si estuviera leyendo una novela, no una obra de literatura académica.

Uno de los personajes que Meléndez-Badillo utiliza para ilustrar los dilemas del imperio colonial español del siglo XIX, un período de la historia que a menudo parece muy alejado del presente, es Miguel Enríquez. Enríquez era un corsario español nacido en Puerto Rico encarcelado por contrabando pero que luego, a través del desarrollo de una vasta red política, se ganó la bendición de las autoridades coloniales. Continuó construyendo un imperio empresarial que lo convertiría en el hombre más rico de Puerto Rico y uno de los más ricos del imperio colonial español. Sin embargo, como hombre negro e hijo de una madre que había sido esclava, Enríquez seguía siendo objeto de racismo, incluso en el apogeo de su poder. Finalmente, cuando cayó en desgracia con las autoridades españolas, perdió toda su riqueza y murió pobre.

La historia de Puerto Rico en la época de la Guerra Fría es narrada a través de un personaje igualmente singular: Providencia «Pupa» Trabal. Como muchos puertorriqueños de los años cuarenta y cincuenta, Pupa fue una ferviente partidaria del gobernador Luis Muñoz Marín y de su Partido Popular Democrático —socialdemócrata— hasta que su desilusión con Muñoz Marín la llevó a alinearse con el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el izquierdista Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). Mientras se organizaba en la izquierda puertorriqueña, escribió para el periódico izquierdista Claridad, se convirtió en blanco de la represión estatal e incluso conoció a personajes como Fidel Castro y Salvador Allende.

Sin embargo, a pesar de sus credenciales revolucionarias, sus colegas masculinos a menudo la menospreciaban y la disuadían de aceptar invitaciones importantes, como la que recibió para la toma de posesión de Allende en Chile. Aunque las narrativas históricas hegemónicas a menudo los pasan por alto, personajes como Miguel Enríquez y Pupa son clave para la reconstrucción que emprende Meléndez-Badillo y también para la compleja historia de Puerto Rico. Y, lo que no es menor, permiten al lector puertorriqueño identificarse con la historia de su propio país.

Puerto Rico y América Latina

Otra parte clave de la narrativa de Meléndez-Badillo es que muestra cómo Puerto Rico, a pesar de su estatus colonial, siempre ha sido parte de América Latina. Desde el principio, el ejército revolucionario de Simón Bolívar imaginó a Puerto Rico como parte de una nación latinoamericana independiente. La ola revolucionaria que recorrió el continente en el siglo XIX contemplaba varios planes para liberar la isla del dominio colonial español.

Como relata Meléndez-Badillo, los puertorriqueños tomarían las armas junto a los revolucionarios cubanos que planeaban derrocar el dominio español medio siglo después. En solidaridad con los luchadores en Cuba, un grupo de exiliados puertorriqueños creó una bandera para la isla, uniendo para siempre las luchas de ambos pueblos contra el colonialismo.

En la década de 1920, el líder independentista puertorriqueño Pedro Albizu Campos se embarcó en una odisea por América Latina, creando redes de solidaridad que esperaba que algún día sirvieran para elevar a Puerto Rico a la compañía de las naciones independientes. Los puertorriqueños viajaron más tarde a Cuba después de la revolución de 1959 y conocieron a compañeros revolucionarios de todos los rincones del mundo, acariciando la ambición de forjar una revolución exitosa en su propio país. 

El libro también disipa el mito de la aceptación puertorriqueña del statu quo colonial, mostrando la historia de la resistencia en la isla desde el día en que el barco de Cristóbal Colón desembarcó por primera vez en 1493. Aunque a menudo ha habido desacuerdos sobre el estatus político de Puerto Rico, siempre hubo puertorriqueños que se resistieron a las autoridades coloniales de su época, ya fueran de España o de Estados Unidos.

Meléndez-Badillo destaca las formas de resistencia que se han perdido en la narrativa tradicional de la historia puertorriqueña, desde las primeras rebeliones de los pueblos indígenas y esclavizados hasta la olvidada resistencia contra la ocupación estadounidense y las organizaciones guerrilleras urbanas de los años sesenta y setenta, como los Comandos Armados de Liberación y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. A través de su poderosa narrativa, Meléndez-Badillo nos recuerda que la historia de Puerto Rico es una historia de resistencia.

Puerto Rico: historia de una nación es una lectura obligada para cualquiera que quiera aprender más sobre el archipiélago y será un texto clave en el campo de la historia latinoamericana en los años venideros. El libro también debería ser útil para la izquierda estadounidense en general, ya que ofrece una visión de la larga historia de una de las cinco posesiones coloniales de Washington. Y puede proporcionar ideas sobre cómo traducir las historias y las luchas de la clase trabajadora plurinacional de Estados Unidos en acciones concretas contra la opresión actual.

Además, y más importante, el libro ofrece a la diáspora puertorriqueña una historia accesible de Puerto Rico, disponible para los lectores tanto en inglés como en español. Brinda a muchos de los que crecieron en la diáspora, como quien escribe, la oportunidad de comprometerse con nuestra historia, organizarse en nuestras comunidades y construir nuestro futuro como parte de la nación puertorriqueña, incluso si, en palabras del poeta y revolucionario puertorriqueño Juan Antonio Corretjer, nacimos en la luna.

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Publicado en Artículos, homeCentro2, Libros, Música and Puerto Rico

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