Entrevista de Thuy-An Nguyen[1]Thuy-An Nguyen es una periodista que escribe sobre negocios sostenibles y salud mental.
El presidente colombiano Gustavo Petro tiene la intención de dejar de exportar combustibles fósiles al mercado mundial. El primer gobierno de izquierda del país le dió prioridad a los intereses de los trabajadores locales y las comunidades indígenas en su visión de una transformación ecológica socialmente justa.
El gobierno está exigiendo un canje de deuda a los países industrializados ricos como Alemania, que importa recursos energéticos colombianos, para financiar la transición a las energías renovables. Al mismo tiempo, este gobierno de izquierda pretende aumentar la participación de las comunidades locales en los proyectos económicos y le exige una mayor responsabilidad social a las multinacionales.
El presidente Petro nombró a la exprofesora de filosofía y activista medioambiental Irene Vélez-Torres como ministra en 2022 para avanzar en la eliminación gradual de la extracción de recursos. Vélez-Torres, que dimitió tras poco menos de un año en el cargo tras las acusaciones de abuso de poder (acusaciones que ella niega), y hoy representa al consulado colombiano en Londres.
¿Qué motiva a esta exministra, figura clave en la estrategia del presidente Petro, un exguerrillero? En esta entrevista, la exministra Vélez-Torres habla de por qué aboga por la eliminación gradual de los combustibles fósiles, cómo concibe una transición socialmente justa y qué papel deben desempeñar los países del Norte Global.
TAN
Su nombramiento como ministra de Minas y Energía en 2022 fue una sorpresa, ya que antes era conocida principalmente como investigadora académica y activista medioambiental en Colombia. ¿Cómo pasó de activista a ministra?
IVT
El principio de justicia ambiental es uno de los pilares de nuestro plan nacional de desarrollo. El presidente Gustavo Petro decidió entregar el sector energético, que durante mucho tiempo había estado en manos de intereses corporativos, a una ecologista.
Petro quería para el puesto a alguien que estuviera plenamente comprometido con un cambio de paradigma en la política energética y que se alejara de una orientación que privilegiara el beneficio y el extractivismo tradicional, es decir, la extracción de materias primas con el fin de exportarlas al mercado mundial. Así que me nombró para el puesto.
Tenemos un liderazgo progresista en el gobierno. Sin embargo, experimentamos mucha resistencia, a veces violenta, por parte de las élites tradicionales que defienden el viejo modelo empresarial y de alto consumo de carbono.
TAN
Usted investigó sobre el racismo medioambiental. ¿Qué relación existe entre este racismo y la extracción de combustibles fósiles?
IVT
Las correlaciones son evidentes cuando se observan las zonas donde se planificaron y desarrollaron la minería y la extracción de petróleo y gas. Se producen principalmente en zonas habitadas por comunidades étnicas y rurales. Estas son las zonas de mayor valor ecológico e importancia estratégica del país. Al mismo tiempo, la pobreza es un grave problema en estas zonas.
Muchos de nuestros problemas se encuentran en la intersección del extractivismo y el empobrecimiento de las comunidades locales, donde el deterioro de las condiciones se hizo casi institucional. Los recursos en estas áreas son muy importantes para el desarrollo económico nacional. Pero los ecosistemas y las personas que habitan estas áreas no lo son.
TAN
¿Cómo pudo aplicar sus conocimientos como filósofa y activista a su papel como ministra?
IVT
El presidente Petro quería que trabajáramos con las comunidades locales para desarrollar nuevas políticas para la transición energética. Así que entablamos un diálogo con varios sindicatos, campesinos mestizos, colonos urbanos pobres y pueblos indígenas. Trabajamos con ellos para averiguar qué tipo de cambio imaginaban en sus respectivas regiones.
Es importante tener en cuenta las diferencias entre regiones, porque una transformación ecológica y al mismo tiempo justa debe diseñarse de manera diferente en cada lugar, de acuerdo con la sociedad local, los ecosistemas, las historias locales y las economías. Todo fue un gran desafío. Pero creo que, como gobierno, hemos logrado ponernos en contacto con la gente, consiguiendo que nuestras políticas se basen de alguna manera en los sentimientos y experiencias de las comunidades locales. Fue más difícil tender un puente hacia el sector privado, las élites tradicionales y sus intereses.
TAN
¿Cuáles fueron sus principales lecciones de esta experiencia?
IVT
Queda mucho trabajo por hacer para tomar consciencia de que el sector empresarial también tiene una responsabilidad social a la hora de garantizar un futuro sostenible. Por un lado, el sector extractivo tradicional debe comprometerse urgentemente con la eliminación progresiva del carbón, el gas y el petróleo. Por otro lado, las nuevas empresas ecológicas deben ajustar su modelo y darse cuenta de que la sociedad civil también tiene derecho a participar. Un ejemplo viene de la región de La Guajira, en el norte de Colombia, donde se llevan a cabo la mayoría de los proyectos de energía verde y donde habitan comunidades indígenas. Las empresas de energía renovable tienen un gran interés en esta zona.
Antes del gobierno actual, existía un comité tripartito en el que se tomaban todas las decisiones para la zona. Este comité incluía a tres actores diferentes: el gobierno nacional, el gobierno local y las empresas. Las comunidades indígenas locales no participaban en estos procesos de toma de decisiones. Y esto a pesar de que las zonas afectadas están habitadas y son de su propiedad constitucional.
Rediseñamos por completo el comité y le añadimos un cuarto actor, incluyendo a las comunidades indígenas. Nos llevó un año convencer a las partes que ya estaban en el comité para que trabajaran con las comunidades locales. Con el nuevo comité, ahora puede tener lugar un diálogo más justo en el que las comunidades locales tienen voz y voto en su futuro. Tendremos que esperar y ver si esto cambia la dirección de un proyecto eólico o solar en particular.
Pero para nosotros, esto es un símbolo de participación social. En realidad, nos llevó un año entero hacerlo realidad, y eso también se debe a la inercia de las instituciones y a la resistencia de algunas empresas.
TAN
Colombia tiene una de las economías más fuertes y estables de América Latina. A pesar de ello, las desigualdades sociales siguen siendo muy altas en la actualidad. Con un coeficiente de Gini de 54,8 en 2022, la desigualdad de ingresos de Colombia se encuentra entre las más altas del mundo. Por lo tanto, la población no se benefició de forma igualitaria del crecimiento económico. ¿Se debe esto a las políticas neoliberales de los últimos años?
IVT
Creo que la desigualdad es uno de los mayores problemas de Colombia, algo profundamente arraigado en nuestros conflictos armados internos. Así que decir que Colombia tiene una de las economías más fuertes no significa que sea una sociedad justa. Creo que el modelo neoliberal empeoró nuestros problemas desde la década de 1990.
Pero eso también se debe al legado colonial. Siempre fuimos muy dependientes del Norte Global, que explotó e importó nuestros bienes primarios (primero con la minería de oro durante muchos siglos, y más tarde con la extracción de petróleo y carbón). Estas dependencias son cruciales para comprender los desafíos a los que nos enfrentamos para abordar la desigualdad y los tipos de instituciones que la perpetúan.
TAN
Como ministra de Energía y Minas, usted formó parte de la estrategia del presidente Petro para eliminar gradualmente la exportación de combustibles fósiles del país, como el petróleo. Sin embargo, estos representan una de las fuentes de ingresos más importantes de Colombia. ¿En qué fuentes de ingresos alternativas puede confiar el país?
IVT
El gobierno está tratando de reemplazar los ingresos de la exportación de materias primas con el turismo ecológico o turismo verde, con todo lo que tenga que ver con la mejora de la biodiversidad. Esto debería estar en manos de pequeñas empresas que devuelvan valor añadido a la economía local.
Otro factor es el fortalecimiento y desarrollo de la cultura agraria, es decir, la agricultura campesina tradicional frente a la agricultura industrial, que se basa en monocultivos a gran escala. Actualmente no estamos restringiendo los monocultivos, sino fortaleciendo la producción a pequeña escala. La idea es que la mayor parte de la producción agrícola provenga de estos pequeños agricultores.
El tercer pilar es la industrialización. Sin embargo, esto es muy difícil porque requiere mucha inversión y una nueva estructura de mercado.
El cuarto punto son las energías verdes o renovables, que implican la promoción de las fuentes de energía solar y eólica. Pero también hemos considerado a la energía geotérmica y el hidrógeno verde, que es muy popular en toda América Latina, pero que aún no se ha convertido en un producto comercial.
TAN
Durante la pandemia, en 2021, la empresa suiza de materias primas Glencore cerró la mina de carbón Prodeco en La Jagua de Ibírico, en el norte de Colombia. Cuando la mina cerró, unos siete mil trabajadores perdieron su empleo, los restaurantes y hoteles locales tuvieron que cerrar y la comunidad perdió el 85 por ciento de sus ingresos. ¿Cómo se pueden garantizar los empleos y la seguridad social cuando se detiene la extracción de combustibles fósiles?
IVT
Prodeco es un ejemplo de la peor decisión posible tomada por el gobierno anterior. La razón no es que la mina de carbón debería haber permanecido, sino que no hubo transición alguna. La mina se cerró de un día para otro, sin pensar adecuadamente en lo que iba a pasar con los trabajadores despedidos, con la maquinaria, los inmensos agujeros que quedaban en las montañas, con los ríos contaminados, la escasez de agua y las comunidades vecinas enfermas. Nadie quería cerrar la mina, ni los trabajadores ni las comunidades locales. No había sustituto para la economía local; simplemente se cerraba una fuente de ingresos locales. Esto fue irresponsable.
Llegamos a la conclusión de que se necesitaba un plan. Los trabajadores deben ser capacitados para hacer otra cosa y reubicados en otro lugar. En las áreas locales, por ejemplo, todo el daño ambiental causado por las minas debe ser reparado y restaurado de una manera ecológicamente apropiada.
Hemos intentado abordar el problema creando nuevos proyectos económicos en agricultura, ganadería y energía verde. Sin embargo, es muy difícil financiar estos proyectos.
Por eso creo que debemos hacer que las empresas rindan más cuentas. Por ejemplo, si sabes que la minería se detendrá en cuatro años, debes comenzar a reciclar a los trabajadores desde el primer día.
TAN
Si el medio ambiente sufrió daños tan graves tras la marcha de una empresa como Glencore —si después de todos estos años de explotación minera el suelo y el aire quedaron contaminado y los recursos hídricos escasean—, ¿cómo se puede restablecer el equilibrio ecológico?
IVT
Se necesita un plan de rehabilitación medioambiental. La rehabilitación es algo que no está en la mira de la mayoría de los responsables políticos y las empresas. El problema es que es muy costoso y requiere un conocimiento específico de la región. Además, los afectados deben participar en la planificación. Para resolver el problema de Prodeco, por ejemplo, celebramos talleres con las comunidades locales y los sindicatos durante un año e intentamos trabajar con ellos para crear un nuevo plan de desarrollo regional.
Uno de los mayores problemas es cómo financiarlo. Los únicos canales de financiación, o los más directos, que tenemos requieren aumentar nuestra deuda externa, y ya hemos alcanzado nuestros límites.
Entonces, ¿cómo vamos a pagar la transición? Me gustaría poner a Alemania como ejemplo. Hemos estado exportando carbón a Alemania durante más de treinta años, por lo que existe una responsabilidad histórica. Debido a que países ricos como Alemania utilizaron nuestras fuentes de energía para crecer, industrializarse y acumular capital económico y social, creemos que la compensación histórica o los pagos de ecualización de los países socios son apropiados para financiar la transformación ecológica en Colombia.
TAN
Entonces, está hablando de que los países ricos del Norte Global paguen algún tipo de compensación.
IVT
Sí, estos pagos de compensación pueden establecerse de diferentes maneras. El presidente Petro ha propuesto un canje de deuda a cambio de medidas de protección climática. La idea es que se condonen nuestras deudas externas y que destinemos los fondos a medidas de protección climática o a inversiones sociales en nuestro presupuesto nacional. Pero eso depende de los bancos y de los gobiernos que son propietarios de estos bancos.
Los canjes de deuda no se refieren solo a la compensación monetaria, sino sobre todo a la cuestión de cómo se puede apoyar a las comunidades locales para que realicen una transición socialmente justa desde la extracción de recursos. El presidente Petro también discutió un posible canje de deuda con el canciller Olaf Scholz cuando visitó Alemania.
TAN
Alemania importó más carbón que nunca desde Colombia entre los años 2021 y 2022: con 5,5 millones de toneladas, la cantidad se ha triplicado en poco tiempo. Cuando las relaciones con Rusia se deterioraron debido a la guerra en Ucrania, el ministro alemán de Asuntos Económicos, Robert Habeck, buscaba alternativas desesperadamente, y se temía que no se pudieran garantizar los suministros de energía. La gente temía no tener suficiente energía para calentar sus hogares en invierno, por lo que importar carbón de Colombia fue una de las soluciones a esta situación.
Parte del carbón que se exportaba a Alemania procedía de la mina de carbón de Cerrejón, en La Guajira, donde la población indígena había protestado y bloqueado carreteras. Así que la gente en Alemania temía perder su prosperidad, mientras que las comunidades indígenas en Colombia luchaban por el reconocimiento de sus derechos. ¿Cómo podemos resolver esta paradoja?
IVT
No creo que haya una paradoja; no lo veo así. Lo que veo es que Alemania y la población alemana necesitaban una fuente de energía que procediera de Colombia, donde el carbón se extraía en condiciones desiguales para las comunidades locales. Creo que debemos mostrar solidaridad con las necesidades de la población alemana.
Pero como proporcionamos una importante fuente de energía a Alemania, también tenemos que pensar en cómo nos compensan por ello. No tiene por qué ser una compensación monetaria; me preocupa más cómo podemos apoyar a la gente de las comunidades locales para gestionar la eliminación gradual de la extracción de materias primas.
Si Alemania necesita asegurar su energía y está considerando el hidrógeno verde, por ejemplo, ¿por qué no democratizar la producción de hidrógeno verde e involucrar a las comunidades locales? Lo que necesita la geopolítica es más responsabilidad y más solidaridad.
TAN
¿Puede explicar cómo sería una producción o participación democratizada?
IVT
Ese es un modelo que aún no existe. Pero nos lo imaginamos así: las comunidades locales de La Guajira, por ejemplo, de donde proviene el carbón, son las propietarias del territorio. Este es un derecho constitucional que tienen desde 1991.
Por lo tanto, el área donde se instalen los paneles solares o las turbinas eólicas les pertenece. Al dar su permiso para usar sus tierras de esta manera, están haciendo una contribución material.
Por otro lado, alguien más tiene que aportar capital, por ejemplo, para construir las plantas industriales. Al final, las ganancias deben dividirse entre quienes aportaron el capital y quienes permitieron a los inversores capitalistas usar sus tierras.
De esta manera, las comunidades podrían compartir las ganancias y ser copropietarias. Es un modelo que está lejos de la realidad. Pero creo que es posible.
Notas
↑1 | Thuy-An Nguyen es una periodista que escribe sobre negocios sostenibles y salud mental. |
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