Entrevista por Zsofia Paulikovics
Describiendo las complejidades de la vida en el siglo XXI con un distintivo humor negro, las películas de Radu Jude a menudo indagan en el proceso de filmar y en la vida misma de un producto filmado.
Su último largometraje, Sexo desafortunado o porno loco, cuenta la historia de lo que pasa cuando el video sexual privado de una profesora se hace viral. No esperes demasiado del fin del mundo, su décima y más reciente película, sigue a una sobreexplotada asistente de producción, Angela Raducanu, mientras conduce por Bucarest para hacer el casting del protagonista para los videos de seguridad laboral de una empresa austriaca.
En sus breves momentos de descanso, Angela graba videos cortos como un personaje imaginario a lo Andrew Tate, Bobita (basado en una serie de Tik Tok de la vida real de la actriz Ilinca Manolache, que interpreta a Angela). Parte road movie, parte película de proceso, No esperes demasiado del fin del mundo es un collage con partes de la película de Lucian Bratu de 1981 Angela continúa, cuya descripción discretamente radical y objetiva de la Rumanía de Elena Ceaușescu consiguió eludir la censura.
En una entrevista con Jacobin, Jude habla de la evolución de la producción de imágenes, de las particularidades de trabajar en un vacío postcomunista y de por qué esta película es «aún más amateur que [su] última». La transcripción de esta entrevista fue editada para mayor claridad y concisión.
Zsofia Paulikovics
Usted tiene una relación incómoda con la idea de hacer «películas para todos». Cuando le preguntaron sobre esto en una entrevista anterior, dijo que cuando hacía publicidades, la idea era tratar al público como ganado. ¿Podría explicarnos cómo piensa la relación con su público? ¿Por qué cree que es importante no tratar al público como ganado?
Radu Jude
Tuve esta experiencia trabajando no sólo en publicidad, sino también en televisión. Dirigí telenovelas y programas de televisión cuando era joven y, oficialmente, el discurso era siempre «Oh, nos preocupamos tanto por el público. Les ofrecemos entretenimiento. Les ofrecemos lo que quieren.» Y luego, en las reuniones, de repente decían: «No se olviden que estos imbéciles sólo quieren ver tetas y culos, y sus mujeres sólo quieren ver hombres musculosos y productos de maquillaje. No intenten darles nada más.» Así que ahora, cada vez que escucho «Nos preocupamos por nuestro público» o «Hice una película atractiva para el público», lo que realmente escucho es: «Podría haber hecho cosas más complejas, pero no lo hice porque pensé que mi público no sería capaz de entenderlo.» Eso me parece mucho más insultante. Y si cierto público lo rechaza, puedo aceptarlo.
ZP
Si a la gente no le gusta la película, al menos les da la agencia para reaccionar.
RJ
Sí. Y creo que siempre que te encuentras con algo a lo que no estás acostumbrado, la primera reacción es el rechazo. Esto es cierto para mí también.
ZP
Usted dijo antes que cree que TikTok es cine. Y como muchas de sus películas tratan sobre el proceso de filmar, me preguntaba qué piensa sobre el hecho de que ahora todo el mundo es, de alguna manera, un creador de imágenes. ¿Entra esto en conflicto con el proceso real de filmar?
RJ
Recientemente, leí una entrevista a un cineasta rumano mayor que yo. Le preguntaron: «¿Qué consejo le daría a una persona joven que quiera dedicarse al cine?» Y él dijo: «Les aconsejaría que no lo hagan.» Cuando le preguntaron por qué, dijo: «Porque la magia desapareció. Ahora, todo el mundo puede hacer una película con su teléfono o su pequeña cámara. Hace cuarenta años, un equipo de rodaje en la calle era como ver semidioses. Ahora, un cineasta es igual a un niño de sexto grado.»
Respeto su punto de vista, pero esto a mí me parece más excitante que deprimente. Si la creación de imágenes se vuelve exactamente igual que dibujar o escribir, no creo que sea una pérdida. Otra cosa es lo que pase con [esas imágenes], lo buenas que sean, lo originales que sean, si es que eso sigue siendo relevante. Por supuesto, tener lapicera y papel no convirtió a todo el mundo en [William] Faulkner o James Joyce. Pero la posibilidad está ahí. Veo a TikTok o Instagram —a pesar de los problemas que crean estas plataformas; no quiero idealizarlas— como una especie de cine vernáculo. A menudo, no es interesante. Pero a veces, no todo el tiempo, encuentras cosas que no ves en el cine.
ZP
En No esperes demasiado del fin del mundo, utiliza muchos tipos de metraje, incluido el blanco y negro, un montaje en 16 mm de una película rumana de los años 80 y un filtro tipo TikTok. Cuando vi la película por primera vez, aunque la sentí intemporal, también me dio la sensación de que realmente captaba el presente. Había una semejanza con las imágenes que consumimos todos los días. ¿Le preocupa el hecho de que la estética de sus películas las sitúe en una época determinada?
RJ
No. Me gusta eso. Muchos cineastas intentan dar a sus películas una especie de cualidad atemporal. Aunque se trate de una situación contemporánea, deben parecer que están en una especie de «contemporaneidad eterna». Me gustan las particularidades de una época y un lugar. Lo mismo sucede con una película que tiene referencias «locales», aunque puedan resultar oscuras para la mayoría de los espectadores. Creo que el camino hacia la llamada «universalidad» es ser actual y local y encapsular el tiempo de alguna manera. El futuro no es nuestro para verlo, como dice la canción. Creo que a veces parece que algo será relevante para siempre, y en cinco días te das cuenta de lo obsoleto que está, y viceversa. En cualquier caso, me parece desagradable y estúpido interesarse por la posteridad.
ZP
Ha mencionado la idea de la localidad. Aunque sus películas suelen ser universales en su surrealismo y humor, también suelen ser hiperlocales. ¿Le interesa hacer películas que no estén ambientadas en Rumanía?
RJ
Tengo dos proyectos, uno relacionado con Francia y otro con Alemania, pero están de alguna manera situados entre Rumanía y el otro país. Es algo que estoy intentando abrir, sobre todo porque me interesa el proceso de filmar para todos los involucrados. Pero, ¿sería capaz de ir a Seúl, Filipinas o Los Ángeles y hacer una película relevante allí? No estoy seguro. Me gustaría intentarlo. Me habría gustado hacer Barbie. La vi y dije: «¡Dios mío, ésta!» Podría haberla hecho a la perfección, pero nadie me lo pidió.
ZP
En su declaración como director dice que ésta es su «película más amateur». Me interesa qué significa eso para el proceso, pero también si cree que este amateurismo es en cierto modo un antídoto contra el cine comercial.
RJ
Tengo la sensación de que el cine está plagado —u organizado, si se quiere— de más sistemas de reglas que otras formas de arte. Y me pregunto: ¿por qué? Por supuesto, una de las respuestas es que hay mucho dinero en juego, que necesita ser controlado, así que no puedes tomar el riesgo de hacer algo que no sea bueno. También se debe a los aspectos técnicos: una película tiene que poder combinarse en un determinado formato para poder proyectarse.
Así que hay una uniformización que viene de estas dos cosas, y cuando intentas convertirte en cineasta te formas siguiendo estas reglas, o al menos yo lo hice. Intenté volverme lo más profesional posible, y no me arrepiento de eso. Creo que hay mucho que aprender a través de este proceso. Pero ahora intento hacer lo contrario, porque creo que corres el riesgo de volverte rígido.
ZP
¿Trabajar con actores profesionales y no profesionales también forma parte de esto?
RJ
No. Trabajo con actores profesionales y no profesionales, pero intento trabajar con ellos de la misma manera. Por ejemplo, no tengo esa obsesión por extraer interpretaciones asombrosas. O quizá no soy capaz. Algunas cosas pueden surgir cuando no eres capaz de hacer algo, así que tienes que adaptarte para sobrevivir.
Creo que la actuación de Ilinca Manolache es muy buena, porque ella es muy buena. Pero no hice nada especial para sacársela. No ensayamos durante meses, simplemente lo hicimos. A veces en dos o tres tomas, no más.
ZP
Gran parte de la película trata sobre el trabajo y la economía freelance. El trabajo que la gente quiere hacer frente al que tiene que hacer para ganarse la vida; el trabajo que hacen para distraerse de ese trabajo (como los vídeos de Bobita). ¿Podría hablarnos un poco de sus ideas sobre el trabajo en la película?
RJ
La película está inspirada en experiencias que tuve cuando empezaba en este negocio. Gran parte de la industria cinematográfica rumana era (y es) una industria de servicios. Muchas producciones extranjeras se rodaban en Rumanía porque las localizaciones y la mano de obra eran baratas, y la forma en que organizaban el trabajo las empresas rumanas que realizaban la producción de servicios era un tanto explotadora.
Lo que descubrí al hablar de estas experiencias es que no se trataba sólo de pequeñas anécdotas, sino que representaban el nuevo sistema que «abrazamos» en Rumanía tras el fin de la dictadura comunista en 1989. El peor tipo de sociedad capitalista sin protección social. Este cambio, de un sistema a otro, creó una situación que puede generar el tipo de historias que se ven en la película.
ZP
Me interesa este cambio entre sistemas, la transición fuera del comunismo y después, realmente mal, hacia lo que sea que tenemos ahora. Hay tantas similitudes entre las dos Angelas, que cuando se encuentran, acentúan las diferencias de sus situaciones. Pero a veces se sentía que había una nostalgia, o incluso simplemente una comprensión, hacia la época de la Angela mayor. Me pregunto si fue a propósito.
RJ
Así que sí, creo que a través de la Angela mayor, hay un poco de nostalgia por la juventud y los viejos tiempos pasados, pero al mismo tiempo, hay algo más. Las cosas malas durante la dictadura fueron a causa de la dictadura. El final de la dictadura trajo libertades políticas básicas que son enormemente importantes para existir. Pero cuando las cosas siguen yendo horriblemente mal ahora, ¿quién tiene la culpa?
Bucarest es una especie de personaje en mis dos últimas películas, y siempre nos quejamos de que Ceaușescu destruyó grandes partes de la Bucarest histórica, hermosas casas e iglesias con pinturas importantes. Todas fueron arrasadas por completo para construir su gran palacio. Entonces llegó la revolución, llegó la libertad. ¿Y adivinen qué? En la libertad política de hoy, más monumentos históricos se derribaron y destruyeron para construir enormes edificios nuevos. ¿Significa esto que la dictadura era mejor? No, por supuesto que no. Pero la pregunta es: ¿por qué continuó la destrucción una vez desaparecida la dictadura?
ZP
En su declaración como director dice que la película trabaja en un nivel superficial. ¿Por qué? Me pareció una de las cosas con más capas que haya visto en los últimos tiempos.
RJ
Creo que algunas cosas no son imposibles pero sí muy difíciles de lograr en el cine. El cine comienza con un registro de lo que hay alrededor. Es mirar la superficie del mundo. Y no importa si juntas dos superficies, sigue siendo así, pero creo que ese es el poder que tiene.
Sobre la entrevistadora
Zsofia Paulikovics es una escritora que vive en Londres.