Desde la desarticulación del «campo socialista» el mundo se encuentra desprovisto de alternativas que desafíen la hegemonía capitalista. Superar los límites de las experiencias del siglo veinte parece ser una condición para construir una nueva alternativa socialmente atractiva y políticamente factible. ¿Estamos en condiciones de hacerlo?
Desde la desarticulación del «campo socialista» el mundo se encuentra desprovisto de alternativas
que desafíen la hegemonía capitalista. Superar los límites de las experiencias del siglo veinte parece ser una condición para construir una nueva alternativa socialmente atractiva y políticamente factible. ¿Estamos en condiciones de hacerlo?