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Kate Winslet como Mare Sheehan en Mare of Easttown. (Cortesía de HBO)

¿Qué tan lindas son las arrugas de los ojos?

«Mare of Easttown» es una extraordinaria serie que transcurre en un pequeño pueblo cercano a Filadelfia habitado por gente amargada por el desempleo y la privación de derechos. Pero lo que se discute en los medios es la edad de Kate Winslet.

Kate Winslet es Mare Sheehan en «Mare of Easttown», uno de los éxitos de la temporada de la pandemia en una de las plataformas que ahora organizan las noches de cine y televisión en nuestro ordenador. La serie es notable: Easttown es un pequeño pueblo cerca de Filadelfia habitado por gente amargada por el desempleo y la privación de derechos que vive entre tristes secretos, en pastos de opioides, con familias rotas y sin rumbo. Una policía, Mare, sobrevive a la culpa por la muerte de su hijo aferrándose a su nieto como un salvavidas y corriendo por la vida sin saber a dónde va. 

«No tiene un botón de parada», dice Winslet sobre su personaje. Cualquiera que haya leído Lament of a Ruined America, de J. D. Vance, se hace una idea de las regiones castigadas por la crisis económica y la encarcelación social de los desheredados como Easttown, el fantástico escenario de esta extraordinaria interpretación de Winslet. Le reconozco el mérito: hace 24 años, su interpretación de Rose Bukater en «Titanic» me parecía inconexa, recién la descubrí en «El lector» hace una docena de años (y se llevó el Oscar); ahora compone magníficamente un personaje desesperado y solitario que aun así es un pilar para su comunidad —o lo que queda de ella—.

Y, sin embargo, esto no es en absoluto lo que se discute sobre la serie. Y no es que haya poca discusión. Pero el tema ha girado en torno a la edad de Kate Winslet y lo que hace con el paso de los años. La actriz alimenta esta novela: contó que se peleó con el director, que quería ocultar la imagen de su vientre redondo en una escena de sexo, y con los publicistas, que querían retocar las arrugas de los ojos en los carteles publicitarios de la serie. 

En una entrevista con el New York Times explicó que esas arrugas forman parte de ella, que la tendencia a retocar las fotos es una trampa que oculta la belleza: «Lo que me molesta [de la decisión de retocar las imágenes] es que las caras son hermosas. Los rostros que cambian, que se mueven, son rostros hermosos, pero dejamos de aprender a amar esos rostros porque nos empeñamos en taparlos con filtros, ahora por las redes sociales y porque todo el mundo puede photoshopearse, y eso es lo que se hace. Por regla general, digo que lamento esta generación porque no veo que se detenga, no siento que cambie, y eso me entristece porque temo que esté perdiendo su presencia en la vida real y la sustituya por ideales inalcanzables».

El encanto, entonces, está en la confianza, en el amor propio, en el respeto por las arrugas de sus ojos. Al adoptar para esta representación un cuerpo diferente al suyo, Kate se ha convertido en Mare: ha cambiado su postura, ha cambiado su mirada, tiene una angustia que es la de la vida en Easttown y la del nieto cuya custodia puede perder. Es la vida, y nos habla también de la belleza de esta otra mujer.

Winslet lleva tiempo adoptando posturas en la misma línea. En 2011 creó una liga contra la cirugía estética junto a Emma Thompson y otras actrices. Desde 2015 que no permite el tratamiento con Photoshop de su imagen. Y no lo hace porque le esté haciendo la guerra a las empresas de cosméticos, como sugieren algunas simples lecturas (en julio, la actriz representará a L’Oréal en una iniciativa publicitaria en el festival de Cannes). Lo hace por la más simple y banal de las razones: tenemos arrugas en los ojos.

 

[*] El artículo anterior fue publicado originalmente en portugués en el periódico Expresso el 2 de julio de 2021.

 

 

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Publicado en Arte, Artículos, Cultura, Estados Unidos, homeIzq and Ideas

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