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(Archivo José Carlos Mariátegui)

Los escritos originales de Mariátegui

La obra de José Carlos Mariátegui, como la de Gramsci, es el resultado de una reconstrucción póstuma. Por suerte, ahora contamos con acceso a los escritos originales del Amauta.

Serie: Mariátegui

En América Latina y el mundo, la obra de José Carlos Mariátegui sigue suscitando interés y generando nuevos debates. En rigor, nunca dejó de hacerlo. Y es que hoy no solo nace un renovado interés en las ideas del marxista peruano, sino también en el apasionante –y mal comprendido– proceso de escritura y método creativo del Amauta. Por eso es tan saludable contar con inédito acceso a los escritos originales de José Carlos Mariátegui.

El Archivo José Carlos Mariátegui ahora dispone de estos textos para consulta pública. Llenos de correcciones, marcas, comentarios y otros elementos que invitan a repensar el proceso creativo detrás de la célebre obra de Mariátegui, es de esperar que abrirá una nueva etapa en la investigación y la apreciación del mayor marxista latinoamericano del siglo pasado.

Una historia editorial accidentada

A la muerte de José Carlos Mariátegui el 16 de abril de 1930, éste recibió el agradecimiento de su vida y obra, acompañándolo masivamente a la que sería su última morada. Sus partidarios se propusieron la publicación póstuma de dos de los libros que Mariátegui venía preparando en los últimos meses de su vida, a través de la Editorial Minerva. Al año siguiente, un acuerdo multipartidario en el Congreso Constituyente de 1931 aprobó la propuesta de Víctor Andrés Belaúnde, uno de sus opositores políticos, de becar a los hijos de Mariátegui para que culminen sus estudios y recopilar y publicar sus escritos, dispersos en numerosas revistas del Perú y el continente.

Mariátegui se convirtió en un autor proscrito y perseguido.

Estos proyectos no llegaron a concretarse. El impulso de la «desmariateguización» del Partido Comunista promovida por Eudocio Ravines, la crisis económica mundial y la brutal represión de los gobiernos oligárquico-militares entre 1931 y 1956 no lo permitieron. Mariátegui se convirtió en un autor proscrito y perseguido. Algunos pocos amigos, en el Perú y en el extranjero, promovieron y difundieron su obra durante las dos décadas siguientes a su muerte, sobre todo de manera clandestina.

Hubo que esperar hasta mediados de la década del cincuenta del siglo pasado para que, a instancias de su viuda, Anna Chiappe, y los hijos de ambos, y a través de la Librería y Editorial Minerva, se iniciara el proyecto editorial más importante desarrollado en el Perú para difundir la obra de un escritor peruano. Este proyecto se inició con la recopilación, ordenamiento y publicación de las Obras Completas de José Carlos Mariátegui en veinte tomos de edición popular, que vendió aproximadamente dos millones de ejemplares (solo las ediciones de los 7 ensayos tenían tirajes de 50 mil ejemplares).

(La viuda de Mariátegui, Anna Chiappe [Archivo José Carlos Mariátegui])

La divulgación de las ediciones impresas de Mariátegui tiene su momento cúlmine con la publicación de los dos tomos de Mariátegui Total (casi cuatro mil páginas) en el contexto del centenario de su nacimiento. Esta edición incluyó, además, los Escritos Juveniles, su Correspondencia y un álbum fotográfico. Todavía está circulando en librerías.

Paralelamente a la publicación de las ediciones impresas de la obra de Mariátegui, se publicaron ediciones facsimilares de las revistas Amauta, Nuestra Época, Claridad y el quincenario Labor. Cabe anotar que su libro más famoso, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, ha tenido más de sesenta ediciones, incontables ediciones piratas y una veintena de traducciones a otros idiomas. En conclusión, se trata de uno de los acervos documentales más importantes del país que, además, no contó con el apoyo del Estado para su desarrollo. A ello se han sumado numerosas antologías publicadas en el Perú y en el extranjero, en castellano y en otros idiomas. La más reciente, de Martín Bergel, apareció el año pasado (Siglo XXI Argentina, 2020).

El archivo del Amauta

Pese a la extensa difusión de su obra, que ha permitido que sea uno de los autores peruanos más leídos a nivel nacional e internacional –junto a César Vallejo, José María Arguedas y Mario Vargas Llosa–, sus herederos consideraban que aún había mucho por hacer. Y estas nuevas tareas venían de la mano con las nuevas tecnologías. En 1994, 7 ensayos se convirtió en el primer libro de un autor peruano que podía ser consultado y leído íntegramente a través de internet, alojado en la página web de la Red Científica Peruana (RCP).

En los últimos cinco años, el Archivo José Carlos Mariátegui se ha dado a la tarea, luego de un largo proceso de recopilación, ordenamiento y clasificación, de digitalizar la mayor parte de la documentación que se tiene sobre José Carlos Mariátegui. Su correspondencia, fotografías, la reconstrucción de su biblioteca, la bibliografía de y sobre Mariátegui, la edición integral de la revista Amauta, su documentación administrativa y otros pueden ser consultados de manera libre y gratuita a través de internet (www.mariategui.org). De esta manera, la obra de Mariátegui se encuentra a la vanguardia en el Perú en cuanto a la digitalización de los archivos personales.

El lunes 13 de julio de 2020 el Archivo José Carlos Mariátegui inició una nueva etapa en la reorganización y recomposición de la obra de Mariátegui. En esa fecha puso en su plataforma digital (para libre acceso a todas las personas interesadas) 134 artículos manuscritos originales de José Carlos Mariátegui digitalizados e indexados para consulta a través de cualquier dispositivo electrónico.

¿Por qué volver a los escritos originales?

Para el investigador, el acceso a los escritos originales resulta imprescindible. Existe la idea aceptada de que, para conocer y estudiar a un autor, lo fundamental es consultar su obra impresa. Y así fue en el caso de Mariátegui: la edición de sus Obras Completas y el Mariátegui Total, junto con las numerosas antologías, se han convertido en la principal fuente de consulta de sus escritos. Sin embargo, Mariátegui sólo publicó en vida dos libros y dejó en preparación otros tres; la mayor parte de sus escritos quedaron dispersos en numerosas revistas del Perú y en el extranjero, particularmente en Mundial y Variedades.

Eso quiere decir que las principales ediciones de la obra de Mariátegui no fueron realizadas por él, con lo cual los criterios de recopilación, selección y ordenamiento fueron establecidos por terceros. Esto ha motivado, muchas veces, a que se consideren erróneamente estas ediciones como libros «orgánicos». No se puede dejar de mencionar que esta es una nueva similitud entre Mariátegui y Antonio Gramsci con sus famosos Cuadernos de la Cárcel.

El peruano fue fundamentalmente un periodista.

La contrapartida de esta reconsideración de la obra de Mariátegui es recordar que el peruano fue fundamentalmente un periodista, profesión a la que se dedicó toda su vida desde muy joven. Fue a partir de los espacios propios del periodismo (el taller, la redacción, la dirección) que desarrolló su formación política e intelectual. Muchos marxistas clásicos (Marx, Lenin, Trotsky, Luxemburgo, Gramsci) también tuvieron esta actividad como el centro de su acción política para producir, difundir y debatir ideas, con el fin de convencer y contribuir a formar un movimiento político de masas. Es decir, en su afán político, Mariátegui raramente escribió las «obras» que hoy se presentan como el horizonte de su intervención intelectual.

(Manuscrito de “Trotsky y la oposición comunista [Archivo José Carlos Mariátegui])

Los espacios periodísticos tienen íntima relación con los métodos de trabajo. Mariátegui, por su formación periodística, redactaba cuartillas diariamente contra el tiempo, reelaboraba constantemente, realizaba lecturas comentadas (muchas veces en los bordes de sus libros), elaboraba fichas donde resumía algunas ideas que consideraba pertinentes. No hacía extensos resúmenes en cuadernos, como Karl Marx, sino que trabajaba a través de fichas y, sobre todo, a través de la práctica diaria del periodismo.

Estos espacios también difieren de los ámbitos propios del mundo universitario (el aula, la cátedra, la biblioteca, la administración). Se ha repetido hasta la saciedad que Mariátegui es un antiacadémico. Pero no al punto de desdeñar la cultura escrita, la academia, la investigación o el estudio, sino en ese sentido banal, de la lógica propia del Perú de las primeras décadas del siglo XX, donde la universidad estaba controlada por las élites agrupadas en torno al Partido Civil.

Estos escritos nos permiten tener una idea aproximada de su forma de redacción de textos y de su sistema de trabajo. Las correcciones y enmendaduras posteriores a una primera redacción a máquina de escribir, por ejemplo, nos dan una idea aproximada de su proceso creativo. Más aún cuando, en los casos de algunos artículos republicados posteriormente en otras revistas, se podrá confrontar las nuevas correcciones que pueden también contribuir a comprender el desarrollo de sus ideas.

En ese sentido, conocer el proceso de elaboración de los escritos de un autor –desde su redacción hasta su impresión– para comprender su pensamiento, sus ideas y planteamientos es fundamental. El contar hoy con 134 de sus escritos originales, aunque sea una muestra mínima de los más de tres mil que escribió en vida, es muy importante para comprender su proceso creativo y recordar que Mariátegui, en cuanto periodista, dirigió su escritura casi diaria a un público muy amplio. La inmediatez era una característica necesaria de sus artículos, muy distinta a esos largos períodos de reflexión y revisión propios del autor académico.

¿Por qué son tan pocos los escritos originales que sobrevivieron?

Contrariamente a la imagen idílica que se tiene de Mariátegui como un intelectual que trabajaba tranquilamente en su casa, fue hostigado y perseguido de manera constante por la dictadura de Augusto B. Leguía (1919-1930). De manera continua, la policía retenía su correspondencia, sustraía documentos e, inclusive, asaltó su casa en dos oportunidades, en las que se le confiscó parte de su archivo personal, entre artículos, cartas, revistas y libros. Para constatar esto, basta revisar su correspondencia donde se quejaba constantemente de esta situación que, finalmente, motivaría su decisión –frustrada– de trasladar la revista Amauta a Buenos Aires.

En el contexto de la denuncia del supuesto «complot comunista» de junio de 1927 por parte del gobierno de Leguía, escribió al argentino Samuel Glusberg:

Trataré de reanudar en Lima la publicación de Amauta. Si no pudiera conseguir la reconsideración de su clausura, me dedicaré a preparar mi viaje a Buenos Aires para establecer ahí la revista, que tiene extensa base de circulación americana, y seguro éxito en el Perú, donde la considerable importación de revistas argentinas consiente introducirla en gran escala, aun en el caso de que se prohíba su entrada. Me sería absolutamente imposible permanecer sofocado aquí material e intelectualmente. Mi presencia en el Perú debe tener un objeto. Si lo pierde, nada la justifica.

A ello habría que sumar los avatares de las mudanzas de su archivo tras su muerte (trasladado por Anna Chiappe y sus hijos debido a los cambios de domicilio), así como el proceso editorial para la impresión de las diferentes ediciones de sus obras y, finalmente, las consultas y préstamos a diversos investigadores y colegas.

¿Qué tipo de información contienen los escritos originales?

La información que se puede obtener con el sistema de búsqueda es muy diversa. Solo mencionaremos algunas a modo de ejemplo. Más de la mitad de los textos fueron publicados en Variedades y otro tanto en Mundial; cinco, en otras revistas y una quedó inédita a su muerte –Roma y el arte gótico– como parte de su proyecto para publicar El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy en la Editorial Babel, de Buenos Aires, perteneciente a su amigo y corresponsal Samuel Glusberg. Posteriormente, este artículo fue incorporado al libro, en la colección Obras Completas.

De los 134 artículos, 99 corresponden a Europa (Francia 32, Italia 26, Alemania 24, Inglaterra 19, España 19, Rusia / Unión Soviética 14), 47 a Norteamérica, 20 a América Latina, 9 al Perú, y 3 a Asia. Este predominio de los temas europeos no es de extrañar, porque es sabido que la mayoría de los escritos periodísticos de Mariátegui entre 1920 y 1930, en términos relativos, tratan sobre el continente europeo. Esto podría ser interpretado como expresión de su supuesto «europeísmo». Pero también podría pensarse que, en general (y hasta hoy), los especialistas en temas europeos son muy escasos, razón por la cual Mariátegui era muy demandado.

Además hay que tomar en cuenta que Mariátegui estaba muy interesado en Europa por ser la principal sede, junto con Estados Unidos, de los países imperialistas. Sus escritos versan sobre su papel en el reordenamiento europeo de posguerra, el pago de las reparaciones aliadas, sus políticas coloniales e imperialistas y sus intelectuales, entre otros temas.

Mariátegui estudió los partidos y regímenes de extrema derecha, particularmente el fascismo.

Finalmente, debe mencionarse el número significativo de artículos dedicados a ciertos personajes. Entre los más mencionados se encuentran Benito Mussolini, Primo de Rivera y Miguel de Unamuno. A pesar de que la muestra de artículos originales de Mariátegui no es representativa, esta información es expresión del gran interés de Mariátegui por estudiar los partidos y regímenes de extrema derecha, particularmente el fascismo, que en esos años predominaban en el continente europeo. Un tema sobre el cual el recordado crítico literario italiano, Antonio Melis, ha reconocido su valor e importancia incluso para el público italiano. El tercer lugar de Miguel Unamuno en estas referencias es un hecho suficientemente significativo para reabrir el debate sobre la influencia del filósofo español en la obra y el pensamiento de Mariátegui.

Pero las tareas del Archivo José Carlos Mariátegui no han concluido. Todavía hay mucho material que trabajar. Aquí se puede mencionar, por ejemplo, la correspondencia con su hermana Guillermina durante su viaje a Europa, que nos permite hacer seguimiento a su periplo europeo. También las fichas y anotaciones de las conferencias dictadas por Mariátegui en las Universidades Populares Gonzáles Prada, y los recortes de sus artículos publicados en las revistas Mundial y Variedades. Existen pequeños acervos documentales (correspondencia, artículos periodísticos) pertenecientes a diversos personajes vinculados a Mariátegui que quedaron en sus manos por diversas circunstancias (como Víctor Raúl Haya de la Torre, Eudocio Ravines, Ricardo Martínez de la Torre o Luis Bustamante). Y también está su colección de diarios y revistas, que sobrevivió a los constantes saqueos de la policía o a los préstamos que realizaba entre sus compañeros.

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