Adueñarnos del mundo de las ideas,
para que las nuestras, sean las ideas del mundo

Antonio Gramsci

Nacida en 2010 en Nueva York, la revista Jacobin cumplió con un objetivo que muchas publicaciones socialistas se proponen pero pocas alcanzan: desbordar los pequeños círculos tradicionales de la izquierda para alcanzar una audiencia más amplia. Se caracteriza por su lenguaje sencillo y directo, que apunta a evitar la jerga académica característica de la crítica intelectual para proponer soluciones viables a los problemas del mundo contemporáneo.

La edición norteamericana jugó un rol importante en la popularización de la palabra «socialismo» entre la juventud, que vino de la mano de la candidatura de Bernie Sanders a las primarias del Partido Demócrata. Y su impacto global permitió que rápidamente se transforme en una red de comunicación para la izquierda a nivel internacional, con ediciones locales en Brasil, Italia y Alemania, y una revista hermana en Reino Unido, a las cuales se suma ahora Jacobin América Latina.

América Latina es un epicentro casi ininterrumpido de la lucha social y política. Y, a su vez, las experiencias que se desarrollan en nuestra región prefiguran hasta cierto punto procesos y debates internacionales. La revolución cubana empujó el ciclo de radicalización internacional de los años sesenta. La experiencia de la Unidad Popular de Allende estimuló debates estratégicos en Europa, influenciando a la izquierda revolucionaria que se identificaba con el MIR, al “eurocomunismo de izquierda” de Poulantzas y al “compromiso histórico” de Berlinguer. Más recientemente, el “ciclo progresista” generalizó el “populismo de izquierda” como forma de contestación política al neoliberalismo, extendiéndose en el mundo europeo y anglosajón.

Sin embargo, el dinamismo social y político característico de la región no siempre estuvo acompañado de un desarrollo teórico que estuviera a su altura, el cual quedó frecuentemente en manos de intelectuales de los países centrales. Esperamos que esta revista contribuya a suturar este desfasaje.

Toda revista que reivindique el legado del marxismo debería al mismo tiempo dar cuenta de su situación concreta e inscribirse en una perspectiva universalista. En nuestro caso abordaremos los problemas de una región capitalista dependiente, afectada por el imperialismo, pero sin conceder a la idea de que estos problemas son irreductibles a las categorías provenientes de los países centrales. El debate latinoamericano debe insertarse en el proceso de reflexión más amplio de la izquierda socialista a nivel internacional.

No somos una revista de partido. Nos unifican, sin embargo, un conjunto de referencias compartidas:

– La convicción de que el socialismo democrático sigue siendo una alternativa viable en nuestro tiempo.

– La apuesta por recuperar la tradición histórica y la memoria plural del movimiento obrero y popular.

– La defensa del legado igualitario de la modernidad de la cual son herederos la Ilustración, el marxismo y el socialismo.

Más allá de estos amplios puntos de acuerdo, quienes integran la revista hablarán en nombre propio, en un contexto libre de dogmatismos. De esta forma esperamos hacer nuestro aporte a los movimientos sociales y políticos que en la actualidad enfrentan el desastre social, económico y ecológico al que nos ha conducido el capitalismo.